La estrategia es aprovechar el momento
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- Written by Raulgalera
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“Aprovecha ahora, mientras eres joven, y sufre todo lo que puedas, porque esas cosas no duran toda tu vida”
Gabriel García Márquez, Amar en tiempos de cólera
Los momentos son esenciales, únicos, no se pueden desperdiciar. Los competidores no lo hacen. Nadie inteligente lo hace, porque, si lo hace, no es inteligente. Las estrategias a menudo y desafortunadamente, son muy complicadas, por eso no funcionan. Se convierten en farragosos procesos-documentos-series de ideas que nadie entiende y con los que nadie se identifica.
Aprovechar el momento.
La estrategia, por encima de todo, trata de aprovechar el momento, y el único momento que tenemos es el actual, hoy. Mañana será otro momento y el año siguiente otro (con suerte) pero si se pierde el momento actual se pierde un tesoro. Por lo tanto, hay que aprovechar el momento, pero, muy importante, mientras se puede, porque no siempre se puede.
Mientras se puede.
Las oportunidades de actuar y de crear y capturar valor se tienen cuando se tienen, duran lo que duran, no son eternas. Todo lo contrario, suelen ser muy efímeras, nuestro mundo actual es extremadamente dinámico y cambiante, es rápido, todo se mueve, todo muta, desaparece, aparece. En consecuencia una estrategia sólida hace todo lo necesario, todo, para tomar ventaja de las oportunidades mientras se tienen.
Tener una vida extraordinaria.
Hay que tener una vida extraordinaria, sí extraordinaria. Las personas y las organizaciones, extraordinaria. Lo ordinario es normal, abundante, se puede conseguir sin practicar la excelencia. La verdadera estrategia potencia a las personas y las organizaciones hasta cotas que no se habían planteado antes: conseguir más, mejor, con menos recursos, de manera más creativa y rigurosa. Consigue el máximo de todo y todos. La estrategia ayuda a tener una vida extraordinaria, la que todas las personas nos merecemos, la que todas las organizaciones pueden conseguir.
Somos comida para los gusanos.
Una realidad palpable es que todos seremos pasto de los gusanos, las personas y las organizaciones. Por mucho que hagamos, las personas, antes o después, desaparecemos. La estrategia ayuda a las personas a tener una “larga vida extraordinaria”, plena y feliz. En el caso de las organizaciones es todavía mejor, porque esa “larga vida extraordinaria” puede trascender a las personas, perdurar en el tiempo, continuar generando riqueza.
¿Te sientes invencible?
La estrategia es, por encima de todo, humildad. Está en la esencia de la estrategia no creerse invencible. Desafortunadamente las personas y las organizaciones, especialmente cuando todo va bien, viento en popa, o no piensan o piensan que son invencibles, que “eso” o lo “otro” a ellos no les va a pasar. Se creen más listos, mejor preparados, pasan de saber por qué ocurren esas cosas estupendas a considerarlas algo natural, un derecho, algo que se ha conseguido.
La estrategia es para los que no se consideran invencibles. Para personas y organizaciones humildes, sensatas y suficientemente inteligentes como para saber que deben ser audaces para vencer porque, nadie, absolutamente nadie, es invencible.
¿Destinado a grandes cosas?
La arrogancia es letal. La estrategia huye de la arrogancia. Muchos se creen, casi por naturaleza divina, destinados a grandes cosas. Han estudiado aquí y allí, han conseguido esto y aquello, han conquistado aquel mercado, desarrollado esta tecnología, todo va bien…hasta que deja de ir bien. La estrategia nos hace actuar en lo inmediato pero, a la vez, pensar y fabricar el futuro, de una manera sólida y ambiciosa, pero humilde. Un estratega avezado sabe bien que muchos se creen destinados a grandes cosas, pero sólo unos pocos las consiguen. Él lo hace. Es muy difícil, pero lo consigue, porque sabe y tiene lo necesario.
Enrique Cortés Alonso, Ph.D.
Top Management Strategic Advisor